
El increible actor David Carradine murió hace unos días de un modo como mínimo extraño. Se puso una cuerda al cuello y otra en su miembro y murió disfrutando colgado del armario de su habitación. Ha sido una muerte bastante ridícula y atribuida según parece ser a técnicas de masturbación inducidas por la secta de artes marciales a la que se supone que pertenecía David.
Sea como fuere nunca se borrará de nuestras mentes aquella mítica imagen en Kung-fu que marcó nuestra infancia. Señor David Carradine, rest in peace.
Sea como fuere nunca se borrará de nuestras mentes aquella mítica imagen en Kung-fu que marcó nuestra infancia. Señor David Carradine, rest in peace.
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