martes, 12 de febrero de 2008

Cómo ir al cine y no morir en el intento (I)

Lo de ir al cine se está convirtiendo cada vez más en una proeza, un acto heróico para el que hay que prepararse psicológicamente antes de realizarlo. Todo comienza cuando encuentras que hay una película chula que te apetecería ir a ver al cine para disfrutarla en pantalla grande y con un buen sonido. Entras en la web online para ver un poco las críticas de la peli y después pasas por la taquilla online...primer disgusto! si quieres ir al cine con la parienta tienes que pagar entre 12 y 15 euracos, osea unas 2500 pelas. Pero bueno, ¡¡si mi madre con 2500pts hacía la compra de la semana!! pues nada, hay que mantener el negocio del cine a base de clavársela bien a los pobrecitos que no protestan ni dicen nada aunque les suban el precio de las entradas un euro al año. Estos señores suben la entrada de cine ¡¡un 14% al año!! si me subieran a mi el sueldo la mitad de eso ya me daría con un canto en los dientes.
El segundo paso tras comprar las entradas es ir al cine y comprarte las palomitas, cocacola y golosinas de rigor. Aaayyyy como duele que me cobren 18-20€ (3000 de las antiguas pts) por algo que fuera del cine te puede costar como mucho 6€. Pero bueno, ¿es que nos han visto cara de tontos? Y luego encima se pasan por el forro la ley que dice que no se puede prohibir meter comida en el cine, porque ellos no dejan que metas bolsas y bebidas de fuera para que no les quites el negocio.
Y ya para rematar la faena, entras en la sala y desde el primer minuto de la película te das cuenta de que hay dos filas más alante un grupo de adolescentes con desorden hormonal que no para de hacer chascarrillos y de gritar con cada frase de la película. Y detrás de ti hay un par de marujonas de 60 años que se creen que están en el salón de su casa y comentan la película diciendo: "Ay que majo es ese chico, no sabes que ahora ha adoptado otros dos niños, sisi y su mujer por lo visto era drogadicta...". Pero señora, ¡que esto no es radio-patio! ¡Si quieren comentar esas memeces váyanse a su casa y lo comentan al calor del brasero en la camilla!
Y tras esta odisea económica y anímica en la que sales con la sensación de que te han robado y encima cabreado porque no te han dejado ver la peli, sales del cine y te vas para casa sin decir ni una palabra a tu señora del rebote que llevas.
Continuará...

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